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Al principio bebia para escribir, el whisky le refrescaba la cabeza y muchas ideas escondidas en quién sabe donde salían a la luz. Pero en los últimos días, semanas, o probablemente meses (nunca se había detenido a pensar cuándo empezó todo esto), Jack Daniel's había pasado de ser una fuente de ideas a un pozo de tormentos, en donde él vaciaba las penas que la ausencia de Anne le causaba.

Dejó de distraer su mente con sus principios de alcoholismo, que en ese momento realmente eran una estupidez, y giró el interruptor de su camioneta, colocó la palanca en Drive y presionó el botón de la puerta del garage para arrancar a toda velocidad. A punto estuvo de estamparse contra un taxi cuando se saltó un semáforo, pero su mente seguía pensando cada vez más rápido en Anne, y la dirección del Hotel Belices le daba vueltas en la cabeza.

Rápidamente llegó al hotel, entró en el estacionamiento y encontró el Golf blanco junto al Cavalier azul; entonces confirmó lo zorra que era ella. Su mente empezó a trabajar aún más obsesivamente. De pronto se puso a llover.

Los limpiadores se activaron automáticamente mientras él seguía ahí estacionado frente a los dos coches con el motor en marcha. La puerta de la habitación estaba delante de los coches, donde su asquerosa esposa se estaba revolcando con aquel auténtico idiota. Cómo podía dejarlo por alguien así, cómo podía engañarlo con un pendejo de ese calibre? Esta y otras muchas preguntas daban vueltas en su cabeza como un espiral mientras su enojo crecia exponencialmente.