10 marzo 2007

3

De vuelta a la casa lo invadió una gran sensación de depresión y de vacío, era terrible pues Anne había sido todo para él durante los últimos años, le había dedicado todo el tiempo de todos los días de su vida desde aquel día de mayo en que la conoció. Nunca jamás había creído en el amor a primera vista pero aquella vez que la vio eso cambió, igual que otros muchos conceptos que fue descubriendo a su lado. Después habló con ella y su corazón fue lo que acabó de conquistarlo, por eso era tan terrible ahora tener que dejarlo todo, todo lo que habían construído durante todos estos años se iba a la mierda.

¿Por qué lo hacía? Por qué Anne lo engañaba de esta manera? él sabía perfectamente que últimamente las cosas habían ido a mal y su joven matrimonio había decaído enormemente, pero él no se merecía esto, él había luchado por salvar los obstáculos que se aparecían constantemente. Era injusto lo que sucedía, últimamente cada que había problemas ella le echaba la culpa a él y a su enfermedad, que le obligaba a tomar medicinas de por vida. Era injusto, ella no podía ser tan perfecta como para echarle a él la culpa de todas las cosas.

Últimamente cuando las cosas iban mal, Mark dejaba de tomar sus medicamentos, esperando así que llegara un episodio de manía que le devolviera la alegría, la ilusión y la creatividad (pues en la editorial lo estaban presionando para publicar cuanto antes una nueva novela). Pero ahora que había llegado a su casa y estacionado su camioneta, con los limpiadores todavía funcionando, lo embargaba una enorme sensación de depresión, ya llevaba días así (sobretodo desde que comenzó a sospechar el engaño) pero ahora se sentía más solo que nunca. Había dejado a su familia, a sus amigos, a sus conocidos, a todos por esa mujer, y ahora ella lo dejaba tirado, solo, tirado, abandonado.

Pensó y pensó en lo que iba a hacer, no quería volverla a ver, no quería verla entrar por esa puerta, tan feliz, tan sonriente, tan perfecta, tan mentirosa.... no quería volver a besarla, no quería volver a hacerle el amor pues sabía que ya jamás sentiría amor sino odio por el engaño que quién sabe cuánto tiempo ella habría estado creando. Estaba muy nervioso y respirando agitadamente. Lo único que se le ocurrió fue ir por la botella de Jack, y ni siquiera se molestó de entrar a la cocina por un vaso, bebió directamente de ella. Nada valía la pena, sólo se quería emborrachar para dormir y esperar que al despertar todo esto hubiera pasado, pero la realidad es que estaba viviendo la peor pesadilla que jamás hubiera podido esperarse.

1 Comments:

Blogger Chester Cuadra said...

Eso Adonis, por fin la tercera parte buena.

11:55 p.m.  

Publicar un comentario

<< Home